¿Cómo trabajo?

Se trata de llenar la terapia de vida, no la vida de terapia.

Desde que descubrí esta frase, me la repito frecuentemente a modo de mantra en mi práctica clínica. Me recuerda que cuando una persona viene a consulta, viene con toda su vida. No puedo obviar las emociones cuando hay alguna dificultad en la comunicación, no puedo aislar la boca del resto del cuerpo. Tengo claro que mi función es de acompañamiento y la persona es la verdadera protagonista.